Lisandro en una entrevista que realizaste junto con Vigo Mortensen actor principal en Jauja, comentó que la película se realizó no tanto a partir de un guión, sino a través de un mapa. Al ver la película me resulta apropiado esa idea, ya que subviertes la condición cinematográfica dependiente siempre del guión y lo recambias por la búsqueda y traza de una zona, un lugar geográfico que cruzar.
En esta película me planteé un itinerario tanto exterior como interior. Nuestra condición nacional esta atravesada por ambas: un territorio ajeno a nosotros históricamente y nuestras tensión implícitas con nuestra herencia europea, que siempre se encargó de negar esta tierras; incluso al hacerlas, barrió con todo vestigio y pasado autóctono. Nos constituimos una nación para nunca acabarnos de establecer en ella.
¿Quieres decir que no hay un sentido de nación plena?
Así es, estamos tensados por ese pasado que advierte una zona entre histórica, no podemos acabar de fincarnos.
¿La condición y vida del actor Vigo Mortensen te llevo a trabajar con el para repensar todo esto?
Desde luego, creo que puedo decir que realicé una ficción del pasado de Vigo, nacido acá pero de origen danés, pero al mismo tiempo es la condición del europeo que llegó a estas nuevas tierras con un plan empresarial de corta temporada, pero nunca para quedarse en definitiva. Lo contrario de EU. Su hija en cambio, busca a toda costa quedarse, sabotea los planes de su padre y escapa. Ella es una mujer muy joven cansada de la vieja europea y sus ataduras de esa vieja polis religiosa y estrecha. Ella ve una nueva vida acá, un nuevo mundo real, imprevisto, lleno de jovialidad.
Sin embargo, planteas que estas tierras son una promesa, pero también un lugar inhóspito. Un lugar que no puedes realmente cruzar.
Creo que el plan de ella es precisamente ser cautiva por los indígenas locales. ¿Quien más que ellos, ellos entienden este lugar como la palma de su mano?
Sin embargo, la comunicación entre este conocimiento ancestral fue interrumpido brutalmente.
Desde luego, barrimos con todo y quedamos como extraños en estas tierras para siempre.
La conclusión de Jauja nos lleva a pensar en eso. Un puente imposible por cruzar entre estas tierras y Europa.
Si, a pesar de que no quería hacer una película histórica, sino más bien la ficción implícita de los antepasados de Vigo, me resulta fascinante como este sentido histórico se evidencia en la imagen y la geografía misma, esto no estaba escrito en el guión como tal. El resultado me llena de satisfacción.
Por momentos el formato de la película nos hace pensar que buscabas una imagen más pictórica que cinematográfica.
Así es, me parecía que estos desiertos agrestes sólo se pueden ver desde un aspecto pictórico, porque no puedes realmente penetrar en ellos. Resulta que acabé haciendo un americano romántico ante la jauja, el lugar del Nadie, Nada, Nunca, como diría Saer, donde incluso los caballos se ahogan. Para mi era necesario situar este punto desde el cine, este punto imposible, retomar este lugar originario como “argentino americano”, si esto quiere decir algo, pero al mismo tiempo ver estas tierras de nuevo bajo los ojos de un europeo inlocalizable ya, perdido en esta zona, buscando a su hija que nunca aparecerá.
Entrevista realizada por Lauro López-Sánchez M