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La Región Central

“no se trata de temer o esperar, sino de buscar nuevas armas” 1

[Con cada hilo que se teje y no se teje, dentro de toda la telaraña, me intereso mas en ir hacia atrás y en revisar, antes que en intentar construir. En encontrar formas-estrategias para entrar y salir de cada una de nuestras formas de vida, antes que de aprender a permanecer en ellas].

En el prologo del libro Harun Farocki. Desconfiar de las imágenes, Georges Didi-Huberman inicia diciendo que no existe una sola imagen que no implique simultáneamente miradas, gestos y pensamientos y que dependiendo de la situación “las miradas pueden ser ciegas o penetrantes; los gestos brutales o delicados; los pensamientos inadecuados o sublimes”. Habla de la necesidad de pensar su lugar y forma de manipulación y considera que frente a cada imagen lo que deberíamos preguntarnos es “cómo (nos) mira, cómo (nos) piensa y cómo (nos) toca a la vez”.

Michael Snow Artista visual, músico, cineasta y crítico de arte canadiense, realiza en 1971 La Región Central (http://www.youtube.com/watch?v=uYr_SvIKKuI ). Proyecto para el cual contó con la ayuda de Pierre Abaloos, con el que diseño y construyo una máquina que se encontraba programada para proporcionar una serie de puntos de vista en continuo cambio del paisaje, la cámara podia moverse suavemente sobre una serie de ejes a diferentes velocidades, con el apoyo de una columna corta, donde la lente de la cámara recorría dentro de la tierra y realizaba zooms del infinito del cielo. Crea y a la vez sitúa, un aparato de observación en una montaña en Quebec. Tal vez en una sincronía de gesto con Gaspar David Frederich, cuando en 1808 pinta a un monje contemplando el mar. Ambas imágenes con una actitud (de necesidad sensible-no analítica) de mirar (se), tocar (se) y pensar (se). Programa Snow la cámara para que realice movimientos de 360 ° que trazan el terreno, para luego comenzar a dar progresivamente puntos de vista (laterales, horizontales verticales, panorámicos, de giros y zooms), conjuntamente con estos movimientos se encuentra una abstracción sonora hecha de zumbidos electrónicos agudos y texturas atmosféricas que concuerdan, de vez en cuando, con estas secuencias de desplazamientos. La región Central genera una única presencia humana en el paisaje, con la presencia tecnológica de una cámara, que se comporta-mira bajo un deseo y factor humano extendido.

El Monje junto al mar de Gaspar David Frederich, interviene también en esa relación de existencia con aquello que contempla y con el lugar (espacio-tiempo) donde se encuentra. Todo lo que sucede en esta pintura ocurre a partir de la no narración y la interiorización de una visión que trasciende las impresiones y percepciones físicas del paisaje, destruye el espacio y el tiempo, (no es claro si es de día o de noche) y la perspectiva invertida (totalmente mal vista para su época) hace que el fondo prime sobre el primer plano, estos elementos que en la pintura son técnicos, hacen que la imagen nos toque. Piensa Frederich primero en el “como”, antes que en el “que” representar. Se vale de las técnicas pictóricas de la época y de los cánones establecidos, para intervenirlos y utilizarlos en función de un deseo-necesidad de pensarse. Ambas imágenes, a partir de una reflexión técnica, tratan de identificarse y establecerse (quizá simbiotizarce), con el espacio y tiempo en el que se encuentran. Ambas imágenes hablan directamente de una existencia. Es Snow, también un romántico (?), con las técnicas de su época, al situar un observador intervenido y adaptado a su deseo-necesidad, el cual hace un retrato programado, para realizar también un análisis sensible del paisaje, un acto de visión, que rompe y propone ir mas allá de la forma habitual de la fisiología y cultura perceptiva humana; y colocarse en un lugar sensible en relación a la realidad física-psíquica.

El poder no esta en aquel que es poseedor de la imagen, sino en aquel que la usa y la interviene (por ello resulta indispensable situar los lugares de reflexión hacia el “como”, antes que hacia el “que”). Son las imágenes lugares para realizar conjunciones y diálogos (humano-técnico-político-sociales). Sólo en cuanto concibamos que la imagen es una posibilidad de gesto, y entendamos de forma real esta urgencia (y carencia) de gesto humano en nuestras imágenes, podrán estas realmente pensarnos y ser nuestras. La Región central posibilita una forma posible de ver e interpretar, abre espacios y vincula en un mismo lugar, una técnica de visión (hecha particular por Snow) con la realidad. Realiza Snow esta pieza en los 70´s, pero aún con tiempo de por medio de existir cada vez con mas técnicas de visión, existimos con la urgencia de pensar y entender las naturalezas de las intervenciones que realizamos y las configuraciones del tiempo y el espacio que generamos. Lo que nos podría permitir de una forma mas amplia generar otras respuestas desde un lugar mágico-imaginativo a: La Historia, a los grandes relatos, a cada una de nuestras lugares sociales y tecnológicos.

Una imagen audiovisual abre una acción de visibilización y cosmovisión, solamente en cuanto pueda pensarse cómo una materia más de nuestro entorno y no cómo un elemento de otra naturaleza; cómo una variable mas que hace parte tanto de la realidad física, cómo de nuestra realidad psíquica; cómo una extensión de nuestro sistema nervioso; cómo un elemento que es tecnológico, pero a la vez antropológico y arqueológico. Se trata de entender y establecer las variables, entre la operatoria que los aparatos proponen y nuestras conciencias imaginativas. La radicalidad y lugar de reflexión de Snow se encuentra en el acto y gesto tecnológico-científico que es al mismo tiempo mágico-imaginativo. La única presencia humana en el paisaje natural de este lugar de Quebec es la cámara. Pero su comportamiento, el modo en que esta se desempeña es meramente humano. Los lugares y limites de lo humano y lo técnico se funden. Existen de forma hibrida. Se plantea un punto de vista de lo técnico en relación a la automatización, a la vez que se humaniza un aparato. La inteligencia humana no se plantea con la manipulación de la cámara, sino con la programación de su comportamiento e intervención desde su software. Los campos de la representación, de la tecnología, de la ingeniería, de la percepción y de la inteligencia, se cruzan. Lo que nos permite pensar las posibilidades de cada una de nuestras tecnologías, como un lenguaje que puede quebrantar limites y que pone en una misma mesa de trabajo aspectos: científicos, antropológicos, imaginativos y poéticos.

Snow expresa que: “Hay cosas que nos parecen normales pero que sólo se pueden experimentar en el audiovisual, como el zoom, efecto óptico que no tiene nuestro ojo, o la transformación del espacio de tres dimensiones a dos”. Son tecnologías de visión, de movimiento y de presentación del espacio-tiempo que generan afecciones en las formas de percepción y pensamiento humanas. El microscopio y telescopio, los rayos x, la visión nocturna, google earth, los drones y satélites, entre otros, nos permiten generar otras imágenes y pensar a otros niveles. La región central nos presenta imágenes que no podríamos percibir de estar parados donde esta la cámara. La ambigua condición de los medios de representación audiovisual, se transforma, en la obra de Snow, en un espacio de meditación acerca del ser, de la ilusión referencial, del tiempo y la naturaleza de la percepción. Busca desafiar nuestra aproximación automática – por defecto – a lo visible, mediante una estrategia compositiva que pone en jaque las herramientas con las que habitualmente procesamos lo percibido, desde la participación y concepción de cómo una tecnología en este caso audiovisual genera cierto tipo de imagen (calidad, forma, color, escala) con una tecnología.

Estados como: la programación de un aparato y conjunción con otros y no ya solo su creación; el uso poético-técnico del lenguaje audiovisual; los niveles de conciencia; el diseño de las formas de comportamiento; las conjunciones humano-técnicas y sus afecciones y las transformaciones del paisaje desde sus gestos (audiovisuales) interpretativos, pueden pensarse como estados que posibilitan pensar a la tecnología como un acontecer que nos puede permitir trazar esquemas humanos tecnológicamente (la ciencia ficción y la realidad virtual se ha encargado en alguna medida por materializar estos estados). Tanto la visión microscópica o nocturna, como la imagen en movimiento y volar, no nos son connaturales pero son tecnologías que hemos naturalizado, por acción de un desarrollo tecnológico. Antes del renacimiento y de la escisión de las esferas del conocimiento en: arte, ciencia y religión, el conocimiento no tenia una única forma, ni un único camino y lugar. Tendríamos en consecuencia, debido a estas formas en que naturalizamos, reexaminar nuestras ideas acerca de estas “materias” y divisiones (las cuales han constituido siempre únicamente formas de control y sistematización). Hacernos cada vez mas cercanos e intervencionistas con las relaciones entre la programación de las maquinas, su control, la inteligencia y la creación, resulta oportuno y necesario. Intervenir tanto en el software y hardware de todo. Snow diseña un aparato que se comporta, no para que actúe por analogía a lo humano. Sus movimientos no son humanos, sus imágenes no corresponden a como vemos habitualmente, pero genera un factor humano y poético, en dicho proceso a partir de uno tecnológico.

1 Gilles Deleuze, “Posdata sobre las sociedades de control”, en: Christian Ferrer (Comp.), El lenguaje literario, t. II, Montevideo, Nordan, 1991 , P18.

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